USOS MEDICINALES Y APLICACIONES CURATIVAS DE LA LAVANDA
La planta de lavanda, también conocida como lavándula y cuyo nombre científico es Lavandula officinalis, se utiliza tanto con fines ornamentales, aromáticos, como medicinales. Estos últimos se deben a las propiedades que posee la lavanda. Esta planta tiene propiedades sedantes, debido a esto es muy útil para tratar casos de nerviosismo y ansiedad.
Además, el insomnio puede ser desencadenado por el
estrés o por nerviosismo, por lo tanto, la lavanda puede ser recomendable para tratar
trastornos del sueño. Para estos casos se aconseja realizar
infusiones con flores secas de esta planta y beberlos antes de dormir.
Las flores de la lavanda pueden ser
utilizadas para tratar las heridas, ya que poseen propiedades
antisépticas y cicatrizantes. Para estos casos es necesario mezclar una
cucharada de flores secas (el doble de cantidad si son flores recién
extraídas de la planta) en un vaso de agua y aplicarlo sobre la herida.
Las infusiones de lavanda son muy
conocidas por sus propiedades antivíricas y antibacterianas, debido a esto se
recomienda para el tratamiento de enfermedades como la faringitis o la
gripe. Para estos casos es necesario realizar gárgaras con la infusión de
flores de lavanda previamente descrita.
La lavanda es muy útil para tratar
situaciones que generen dolor muscular, debido a esto es recomendable para
aliviar el dolor en caso de presentar torticolis, lumbagos, dolor de
pie o espalda, y también para aliviar el dolor producido por las
enfermedades reumáticas.
El té o infusión de lavanda,
cuyo nombre científico es Lavandula officinalis, es muy fácil de preparar. Para
la realización de esta infusión es necesario tener los siguientes
ingredientes: 4 cucharadas de flores desecadas (el doble si no se
encuentran secas), un litro de agua y miel si
es que quiere endulzar.
La preparación consiste en hervir las flores secas en conjunto
con el litro de agua durante 10 minutos. Transcurrido este
tiempo se debe dejar reposar por unos minutos para después colar la infusión.
La lavanda, también conocida como lavándula,
posee propiedades sedantes, las cuales se encuentran principalmente en sus
flores, y en menor medida en las hojas. Debido a esto, el consumo de las
infusiones descritas anteriormente, son muy útiles para tratar casos de
nerviosismo o ansiedad, además de atenuar los efectos que estas
situaciones pueden generar, como por ejemplo dificultades al dormir.
La dosis de estas infusiones fluctúa
entre las 2 y 4 tazas diarias. Si se consumen para tratar los
problemas para dormir es importante ingerirla durante las noches.
Formas de utilizar la lavanda como
analgésico:
La planta de la lavanda, conocida científicamente como
Lavandula officinalis, tiene interesantes propiedades
medicinales, para aliviar el dolor, principalmente en los casos de tortícolis y dolores
musculares en general.
Hay varias formas de utilizar
la lavanda para disminuir estos dolores:
·
Para reducir los dolores lumbares, se puede aplicar compresas con una infusión de lavanda sobre
la zona afectada. Es importante que la infusión se encuentre tibia y es
necesario que la compresa se aplique durante unos 10 minutos.
·
Si es que sufres de tortícolis o intenso dolor de
cuello, es recomendable realizar una mezcla de una cucharadita
de aceites esenciales de lavanda con una cucharadita de aceite de oliva. Con esta mezcla debes masajear el lugar
del cuello que se encuentra adolorido.
No es aconsejable aplicar los aceites esenciales de la lavanda directamente
sobre la piel y tampoco realizar la mezcla anterior de forma muy frecuente, ya
que puede ocasionar efectos
secundarios, como reacciones alérgicas o irritación.
·
Para aliviar los dolores o el cansancio en los pies, se
puede rellenar una cubeta con un litro de infusión de lavanda y dejar remojar
los pies durante unos 15 minutos. Para incrementar este beneficio se pueden
realizar masajes en la planta del pie.
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